El término derivaría del latín cacculus o cacabus o cacabulus, con el significado de recipiente de madera, tronco, hueco y seco.
Etimológicamente, «cachopo» podría aplicarse a un utensilio capaz de contener algo en su interior, y esto se relacionaría con el significado del cachopo asturiano: dos filetes de ternera que contienen otros ingredientes en su interior.
Según Ángel Pariente, la palabra «cachopo» procede del gallego-portugués, donde cuenta con dos acepciones: muchacho, mozo, joven, criado; y árbol pelado o seco, desprovisto de ramas, cabeza de árbol desmochada.
En la lengua asturiana aparece como préstamo del gallego-portugués y se considera un derivado de las acepciones citadas: árbol seco y hueco, y joven, muchacho o cachorro.
Su popularidad comenzó a partir de la década de 1950.
Como dice el crítico gastronómico José Ignacio Gracia Noriega, «el cachopo era un plato antiguo y de sobra conocido por la burguesía asturiana de comienzos del siglo XX pero su prestigio definitivo no llega hasta finales de los cincuenta o principios de los sesenta gracias al buen hacer de algunos restaurantes de Oviedo y Grado, fundamentalmente»