La dieta mediterránea es muy nutritiva, rica en grasas saludables, verduras, leguminosas y pescados, promueve el bajo consumo de productos procesados y carne roja.
Un plan de alimentación saludable y balanceado debe resaltar la importancia de las frutas, verduras, cereales integrales y lácteos bajos en grasa, incluir carnes magras, huevo, leguminosas y semillas y tener poca cantidad de grasas saturadas, trans y colesterol, además de sodio y azúcares.
Este plan incluye granos integrales como pan pita, leguminosas como el humus, ensaladas ricas en frutas y verduras frescas y grasas buenas como las de los pescados como el salmón, semillas y el aceite de oliva.
La estructura de la pirámide de la dieta Mediterránea tiene como base la actividad física diaria y disfrutar de la alimentación, en el primer nivel se encuentran los granos integrales, frutas, verduras, leguminosas, hierbas, especias, nueces y semillas, aguacate y aceite de oliva que deben consumirse diariamente.
En el segundo nivel se consumen 2 veces por semana porciones de pescados y productos del mar.
En el tercer nivel, se recomienda un consumo moderado de lácteos descremados, huevo y ocasionalmente pollo y quesos en pequeñas porciones.
En el cuarto nivel, las carnes rojas, procesadas y endulzantes se consumen de forma esporádica.
El agua natural debe consumirse diariamente y el vino con moderación.