Para una reunión, se sugiere optar por vinos que complementen la comida y la atmósfera.
Un Cabernet Sauvignon o un Malbec son excelentes opciones para cenas formales debido a su complejidad y sabor profundo.
En eventos más informales como una barbacoa o comida al aire libre, vinos ligeros y frescos suelen ser la mejor elección.
En este tipo de ocasiones, un rosado de Garnacha o un Zinfandel rosado son perfectos, ya que son frescos, frutales y fáciles de beber.
Un Sauvignon Blanc o un Pinot Grigio también son opciones refrescantes ideales para maridar con mariscos, ensaladas o platos ligeros.
Es importante considerar las preferencias de los invitados, ya que si prefieren vinos dulces, un vino seco podría no ser la mejor opción, aunque sea el maridaje "correcto" según la norma.
Un buen maridaje resalta tanto los sabores del plato como los del vino, creando una experiencia equilibrada y placentera.
Para facilitar la elección, conocer las características de cada tipo de vino y cómo combinarlas con los momentos y los platos adecuados es fundamental.