Podría decirse que la mañana es el mejor momento del día para consumir fruta fresca. Rápidamente asimiladas por el cuerpo, las frutas de la mañana adquieren una sensación de saciedad y duran hasta el almuerzo, mientras se llenan de vitaminas. La naranja es la fruta estrella de nuestras mañanas. No hay nada como un buen vaso de zumo de naranja natural para estimularte cuando te despiertas. Naranjas, pero también mandarinas, las clementinas y pomelo contienen una cantidad significativa de vitamina C. El plátano está en la cima por varias razones. Primero, contiene mucho potasio, un nutriente que te hace sentir lleno rápidamente. Guayaba y Papaya son ricas en minerales, fibras y vitaminas, las guayabas y papayas retrasan la sensación de hambre. El kiwi contiene, como los cítricos, mucha vitamina C. Consumido por la mañana, también es fuente de antioxidantes y potasio. La cereza es perfecta para recuperarse de una noche agitada. Las uvas blancas, negras o rojas están llenas de virtudes. Si se comen por la mañana, te ayudarán a mantenerte concentrado y a mejorar el estado de ánimo. Las frambuesas son deliciosas, fáciles de comer y evitan los antojos a media mañana. Además, son bajas en calorías y contienen pectina, una fibra que ayuda a limitar la asimilación de grasas. La ciruela es la fruta antifatiga por excelencia. Es recomendable consumirlo por la mañana cuando se está muy cansado, o cuando se tiene anemia. Comer un pequeño puñado de nueces todas las mañanas puede cambiar la vida. Supresores del apetito alimentario, la manzana se come en todas partes y ayuda a mantenerse en forma.