La salsa –en general, más allá de que sea o no una salsa para tacos–, es una mezcla líquida o cremosa que se obtiene al combinar varios ingredientes.
Pueden ser cocidas o crudas y encontrarse en distintos colores.
Se usan en los platillos para mejorar, contrastar y complementar sabores.
Su origen data de la época prehispánica, y eran creadas con jitomate, cacao, cebolla, especias y cacahuate.
Cada salsa es distinta gracias a la variedad del chile que se usa, así como la técnica para prepararla; los ingredientes usuales son el jitomate o tomate, cilantro, cebolla, ajo, crema, aguacate, cacahuate, semilla de calabaza, sal y aceite, por mencionar ejemplos.
La salsa taquera que ofrezcas en tu negocio dependerá de las variedades de platillos que prepares, además de las costumbres que llevamos a lo largo de los años.
Puedes preparar salsa verde, roja o de chile habanero para ofrecer variedad a tus comensales.
La salsa para tacos, infaltable
Si la salsa es para servir al gusto, en esos casos sí puedes elevar el porcentaje de picor, usando chiles como el habanero, chiltepín y de árbol.