Muchos nutricionistas abogan por eliminar de la dieta cualquier tipo de pan blanco y recomiendan, además, si vamos a consumirlo elegir uno que sea casero y, a ser posible, hecho en una panadería tradicional y al estilo de toda la vida. La nutricionista especializada en inflamación Sandra Moñino explica que el mejor pan es el de trigo sarraceno germinado y con masa madre. Basa su argumento en que es un pan hecho con un pseudocereal que aporta proteínas y carbohidratos complejos que ayudan a evitar el pico de glucosa después de comerlo. Si está germinado y hecho con masa madre, evitará aún más el pico de glucosa. Este tipo de pan aporta también fibra, por lo que viene genial para tomarlo como una fuente de carbohidratos. Este pseudocereal no contiene gluten, lo cual le convierte en un producto apto para los pacientes con enfermedad celiaca. El trigo sarraceno también tiene interesantes características nutricionales, como que contiene un 10-13% de proteínas y 8 aminoácidos esenciales. Sus hidratos son de lenta absorción, por lo que tiene bajo índice glucémico. Además, nos ayuda a calmar la sensación de hambre aportando saciedad y energía.