¿Cómo hago para que mi pollo quede jugoso y tierno?

Después de mi último capón asado me he animado a compartir estos tips tan básicos y prácticos que seguro conocéis la mayoría. No laves el pollo bajo el grifo, utiliza un papel de cocina si quieres limpiarlo por encima. Sácalo de la nevera al menos media hora antes de cocinar para que esté a temperatura ambiente. Engrásalo dando un masaje con su propia grasa. Si no, con mantequilla o aceite de oliva. Cítricos, le van de lujo. Riega por dentro y fuera con el zumo de un limón y el resto, tal cual, piel incluida, lo introducimos dentro. Sal y pimienta por dentro y por fuera. Romero y tomillo le dan un toque buenísimo. Introduce unas ramitas en el interior junto con el limón. Copa de jerez o coñac en el interior y regar el exterior. Una cabeza de ajos con piel cortada a la mitad en la bandeja del horno. En cocotte de hierro o bandeja de aluminio, importante que tenga tapa o utiliza papel de aluminio. Le va muy bien tapar al menos durante la primera hora. Cada uno es un mundo así que a pesar de las indicaciones sigue tu instinto y observa el colorcito que va cogiendo y la suavidad de la carne. Ajusta los tiempos según el tamaño. Estos son los tiempos para un pollo grande o capón de 3-4 kg. 220º - 45 min o 1 hora – tapado y pechuga hacia arriba Después, 170-180º - 2 ó 2 y ½h - sin tapa, dando la vuelta al ave. Con brocha o cuchara regar con frecuencia, cada 20 min, con su propio jugo y con mezcla de vino y caldo. Para un pollo normal, de 1 ó 1/2 kg reduce los tiempos. Aprox: 45 min. tapado a 220º y después de ese tiempo, 1 hora y media destapado regando con caldo y/o vino cada 20 min. Déjalo reposar en el horno ya apagado 15/30 min antes de trinchar y servir. COMPROBAR que está bien asado, cuando al tirar suavemente del hueso del muslo se desprende con facilidad. Si sangra o no sale, ponle más tiempo de horno.

La clave para obtener un pollo cocido jugoso y tierno radica en el tiempo de cocción. Cocer el pollo por demasiado tiempo puede resultar en una carne seca y dura, mientras que no cocinarlo lo suficiente podría ser peligroso para la salud. Para un pollo entero, se recomienda calcular unos 25 minutos por cada 500 g de peso. Si estás cociendo solo pechugas, muslos o contramuslos, el tiempo se reduce a unos 15-20 minutos. Recuerda siempre comenzar con el agua hirviendo y mantener un hervor suave constante. Un truco infalible es pinchar la parte más gruesa con un tenedor o cuchillo. Si los jugos salen transparentes y la carne ya no se ve rosada, puedes estar seguro de que el pollo está completamente cocido. Otra señal es que la carne se desprende fácilmente del hueso. Ten cuidado de no sobrecocinar el pollo, ya que continuará cocinándose incluso después de retirarlo del fuego. Para un sabor aún más rico, prueba cocer el pollo en caldo de verduras o de pollo en lugar de agua. Si te gusta la carne más condimentada, añade un bouquet garni de hierbas frescas, como romero, tomillo y laurel, o especias como pimienta negra, clavo o jengibre. Un chorrito de vino blanco o un poco de jugo de limón también pueden realzar maravillosamente el sabor.

Para conseguir el tono dorado, cocinaremos el pollo en una mezcla de aceite con un poco de azúcar y esta, al disolverse y mezclarse con los jugos de la carne, conseguirá dejar un atractivo color dorado en la piel del pollo. Por otro lado, la carne quedará jugosa y llena de sabor gracias al uso de las especias. Mezclamos 800 g de pollo troceado con el majado recién preparado y dejamos macerar el pollo en la nevera, con esta mezcla durante 1 hora. Cocinamos el pollo unos 20 minutos a fuego medio, dándole vueltas de vez en cuando para que se cocine bien por todos lados y evitar que se dore en exceso. Pasado este tiempo, comprobamos que el pollo está completamente cocinado. Si es así, lo servimos recién hecho. En caso contrario, lo cocinaremos el tiempo necesario hasta que comprobemos que la carne interior se ha cocinado por completo.