La quinoa provee los aminoácidos más importantes para el organismo.
La quinoa contiene 20 aminoácidos, incluyendo los nueve considerados esenciales: histidina, isoleucina, leucina, lisina, metionina, fenilalanina, treonina, triptófano y valina.
El contenido de aminoácidos en esta semilla es mayor a la del trigo, la cebada y la soja.
Es rica en fibra soluble e insoluble, lo que ayuda a que los alimentos pasen más rápido por el tracto digestivo.
Regula los niveles de colesterol, estimula el desarrollo de flora bacteriana beneficiosa y ayuda a prevenir el cáncer de colon.
Es una gran fuente de vitaminas, porque incluye la B2, B6, C y E, según indicó la nutrióloga Mónica Carreira.
Estas la dotan de propiedades antioxidantes, que ayudan a proteger el sistema nervioso y los músculos.
Contiene minerales, aproximadamente el doble que otros cereales.
Destaca su contenido en hierro, calcio y el magnesio.
Presenta un alto contenido en omega-3 y es baja en grasas.
El King’s College de Londres ha informado que la quinoa ayuda a que los celíacos puedan regenerar la tolerancia al gluten y también tiene un bajo índice glucémico, lo que hace a este alimento ideal para diabéticos.
La FAO confirma que no hay ninguna contraindicación para el consumo de quinoa si se hace en cantidades adecuadas, de hasta dos cucharadas o 60 gramos al día.
Sin embargo, como todo alimento, su consumo en exceso puede tener consecuencias negativas.
Alex Ruiz Guillén, nutriólogo del Ministerio de Salud de Perú, sugiere consumir este pseudocereal de 60 a 100 gramos al día en comidas para ayudar a mejorar el rendimiento en cualquier actividad.
Cabe destacar que consumir quinoa no provocará un aumento de peso.
Antes de incluirla en la dieta, es importante consultar con un nutricionista, puesto que las necesidades de cada persona son distintas.