Los amantes de la tierra saben esto, y suelen esperar con gusto esta temporada, para sembrar lo que más adelante cosecharán y disfrutarán en la mesa.
La magia existe en la naturaleza cuando sabes qué hortalizas puedes cultivar en verano, para luego recoger tu cosecha y servirla en cada barbacoa o comida entre familiares y amigos.
Un huerto de verano no está completo sin un cultivo de tomates.
Y como regla general, tenemos que informarte que será mucho mejor plantarlos tan pronto como el clima se caliente, para así asegurar una cosecha abundante al final de la temporada.
A los tomates les encanta estar calientes y necesitan del sol para desarrollar frutas sabrosas, así que elige una posición en tu huerto con una buena dosis de luz solar y que esté protegida de fuertes vientos.
La berenjena es una hortaliza de clima cálido, que se cosecha a mediados o finales del verano.
Son hortalizas que, al igual que los tomates, prosperan a altas temperaturas, necesitan un suelo bien drenado y no se deben plantar hasta al menos 3 semanas después de la última helada.
Los pimientos los puedes cosechar junto a los tomates y berenjenas, ya que tienen requisitos de cultivos similares.
Son, junto a los tomates, los reyes de los cultivos de verano, y también le encantan los rayos del sol, un suelo muy abonado y un riego constante.
A los frijoles tampoco les gusta la escarcha, y se llevan muy bien con el clima cálido.
Si te parece, puedes cultivar tanto pimientos dulces como picantes, para que así tengas variedad para usar en salsas, pizzas o en barbacoas.
Y por lo general, maduran en unos 45 días, lo cual debería darte el tiempo suficiente para plantarlos a finales de verano y cosechar antes de la primera helada.
El calabacín es un miembro de la familia de la calabaza, y es tan fácil de cultivar que la mayoría de las personas terminan con montones de estas verduras veraniegas.
Si te atreves a cultivarla, debes saber que, como las hortalizas que te hemos mencionado, el calabacín necesita pleno sol y un suelo bien drenado.
La batata es una hortaliza de clima cálido que crece en todo el mundo, desde regiones tropicales hasta climas templados.
Y para crear el ambiente perfecto, forma crestas largas y anchas de 10 pulgadas de alto, espaciadas a 3 pies y medio de distancia, agrega abundante abono y evita los fertilizantes ricos en nitrógeno.