El horno es una de las técnicas más empleadas a la hora de cocinar el salmón y, sin duda, la más sencilla ya que no requiere supervisión. Basta con colocar los filetes de salmón en una fuente apta para horno, pintarlos con un poquito de aceite, sal y pimienta y meterlos al horno durante 10-15 minutos a temperatura 160-180º. Una de las técnicas más saludables para cocinar el salmón es la cocción al vapor, una forma de cocinado permite mantener todas las propiedades del pescado. Para ello, hay que colocar la pieza de salmón en la cesta de la vaporera y dejar cocinar durante 10 minutos. Si optas por la técnica más tradicional, a la plancha, existen dos formas de cocinarlo. Para la opción más rápida debemos calentar la sartén a fuego alto, y con un chorrito de aceite, sellamos el salmón por cada lado durante tres minutos. El papillote es una técnica de cocinado al vapor que permite combinar diferentes sabores. Para ello, debes envolver el salmón y su accompagnamiento en papel sulfurizado o en envoltorios de silicona reutilizables y llevar al horno durante 20- 30 minutos a 180º. La cocción a baja temperatura proporciona una textura suave y un sabor incomparable, conservando todos los beneficios nutricionales del salmón.