El origen de los embutidos ibéricos se remonta muchísimos años atrás, cuando los primeros hombres de la humanidad cortaban la carne y la dejaban secar al sol para conseguir su mayor conservación. Uno de los factores que dieron lugar a su fabricación fue la mezcla de ingredientes y el desarrollo de técnicas para conseguir su mayor conservación. Estas técnicas de conservación empleadas en la prehistoria continuaron evolucionando, dando lugar a la creación de los embutidos. Fue en la época del imperio romano cuando más se ha observado la presencia de los embutidos y el jamón. Los romanos tenían ciertas creencias donde relacionaban el consumo de los embutidos con la fertilidad y paganismo. Llegado a la Edad Media, se popularizó el uso de carnes condimentadas con hierbas y especias introducidas en las tripas del animal. En dicha época surgió una tradición que fue pasando de generación en generación hasta nuestros días, se trata de la matanza. Estas técnicas continuaron evolucionando y llegado el siglo XX durante la Revolución industrial, se pasó a la fabricación de embutido en masa, siendo estas técnicas prácticamente iguales a las actuales.