En estos días tan calurosos, elegir bien qué comer es clave para sentirte ligera, mantenerte hidratada y no perder energía. La mejor estrategia es apostar por recetas frescas y saludables, elaboradas con ingredientes de temporada como sandía, pepino, melón o tomate, que aportan agua y vitaminas. Prioriza los alimentos ricos en agua: sandía, melón, pepino, tomate, calabacín o lechuga ayudan a hidratarte desde dentro. Apuesta por elaboraciones frías: sopas frías, ensaladas completas, wraps o pescados marinados son opciones ligeras y nutritivas. Fracciona las comidas: hacer 4-5 tomas ligeras a lo largo del día es más cómodo que dos comidas muy copiosas. Evita el exceso de alcohol y bebidas muy azucaradas: pueden deshidratarte y darte picos de energía seguidos de bajones. Como ves, comer bien en verano no tiene por qué ser complicado. La próxima vez que el termómetro suba, recuerda que un gazpacho bien frío, una ensalada con frutas o un batido natural pueden ser tus mejores aliados para combatir el calor.