Originaria de Chile y de Perú, esta planta de origen tuberculoso, fue descubierta por los españoles durante la conquista de América y fue llevada posteriormente a Europa.
Los incas plantaron más de 60 variedades de patatas adaptadas a los diferentes climas, hasta el punto de conseguir cultivarlas tanto en zonas desérticas como en zonas de muy elevada altitud como, por ejemplo, cerca del Lago Titicaca.
Después comenzaron a consumirla en sus barcos y después, entre 1565 y 1570, según los estudios, la patata fue introducida por los navegantes en España.
Posteriormente, sobre 1580, las patatas comenzaron a cultivarse en los jardines de Italia.
Es cuando llega nuestro continente, gracias al agrónomo y naturista galo Antoine Parmentier que extendió por toda Europa la costumbre de usarla como alimento.