Así ocurre con el rabo de toro -que casi nunca es de toro y sí de vaca- que empieza a comerse para aprovechar la cola de los toros de lidia de las ferias taurinas de primavera. San Isidro sigue siendo, por el peso de la tradición, el momento en el que aparece en todos los menús. Para que no se nos pase San Isidro sin comerlo, aquí van cinco propuestas en Madrid, cada una de su padre y de su madre, para probarlo en diferentes versiones. En forma de gyoza en Cokima, un local que tiene vecinos ilustres que también practican street food. El chef Diego Hernán hace cocina internacional donde entran influencias de uno y otro lado. Un ejemplo son sus gyozas rellenas de rabo de toro, un formato perfecto para notar la explosión en la boca al morder la masa. En forma de ramen en Ikigai Velázquez, Yong Wu Nagahira se sirve del rabo de toro para ofrecer un plato con varias vueltas de tuerca. En versión tradicional en Hevia, que cumplieron en 2024 nada más y nada menos que 60 años siendo un faro de excelencia gastronómica en Madrid. Los hermanos Martín mantienen el nivel de una casa que tiene en el manejo de la casquería uno de sus puntos fuertes. Si clavan los callos, no sorprende que también hagan lo propio con el rabo de toro, que sirven estofado y acompañado de patatas carré. En versión de autor en Basque, hasta el 18 de mayo, el restaurante Basque del hotel Radisson RED de Madrod celebra San REDSidro, una reinterpretación de la fiesta castiza con Eneko Atxa a los mandos. En él, nos encontramos un rabo de toro guisado a la royale con reducción de caldo de cocido. En relleno de alcachofa en Riverita, los hermanos Alberto y Francisco Rivera siguen dándole una vuelta al concepto tradicional de taberna. Esa voluntad de ofrecer algo más en una calle donde se hace casi de todo se demuestra con su plato de rabo de toro. Eligen un producto de temporada como la alcachofa que rellenan con un guiso a partir de la carne.