El gazpacho no solo destaca por su refrescante sabor y su versatilidad en la cocina, sino también por su papel como embajador de la cultura española. Su presencia en menús de todo el mundo ha contribuido a difundir la riqueza gastronómica de España y a despertar el interés por su historia y tradiciones. Además, el gazpacho ha demostrado su capacidad de adaptación, con variantes regionales que incorporan ingredientes locales y reflejan la diversidad de la cocina española. Según un estudio realizado por la Universidad de Córdoba en 2019, el gazpacho es uno de los platos españoles más conocidos internacionalmente, junto con la paella y la tortilla de patatas. Este reconocimiento global no solo pone de manifiesto su excelencia culinaria, sino también su poder para conectar culturas y generar interés por la gastronomía española. El gazpacho, internacionalmente reconocido como un emblema de la gastronomía andaluza, es mucho más que una simple sopa fría ideal para los calurosos días de verano. Aunque el origen exacto de la palabra pueda seguir siendo objeto de discusión, lo que no admite duda es el lugar privilegiado que ocupa el gazpacho en el corazón de la tradición culinaria española y su renombre internacional. La riqueza de la diversidad etimológica refleja la complejidad y la fusión de culturas que han coexistido en la Península Ibérica a lo largo de los siglos. La influencia árabe, pre-romana y romana en España es un testimonio de la rica tapestry cultural que, con el tiempo, ha dado forma a esta emblemática sopa fría.