Remojar el arroz previamente puede facilitar que el grano se hidrate previamente y reducir la posibilidad de que se adhiera a la paellera durante la cocción.
Además, si lo remojamos con abundante agua corriente estaremos también eliminando el exceso de almidón.
Controlar la temperatura y el tiempo de cocción es vital.
Es conveniente diferenciar entre dos etapas o fases de cocción:
Durante la primera, mantener una temperatura media-alta.
Durante la segunda, reducirla a medida que los granos absorben el líquido.
La distribución del calor debe ser uniforme para que cada grano de arroz reciba la misma cantidad de cocción y evitar que algunos se peguen por falta de calor.
Evitar revolver excesivamente el arroz durante la cocción es recomendable para evitar que libere exceso de almidón y se torne pegajoso.
Optar por un tipo de arroz adecuado, como el arroz bomba o el arroz de grano corto, es esencial para asegurar una textura óptima y evitar problemas durante la cocción.
La capacidad de absorción es un atributo esencial en el arroz, siendo variedades como el arroz bomba, famoso por su habilidad para impregnarse de los sabores del guiso, una elección acertada.
Prestar atención a la firmeza del grano post-cocción es vital para evitar un arroz deshecho o una masa compacta; el arroz debería sostener una firmeza incluso después de la cocción y absorción de líquidos.