Los postres más emblemáticos de la rica y variada gastronomía andaluza incluyen desde los tradicionales pestiños hasta la deliciosa torta de aceite. Andalucía es conocida por su vibrante cultura, historia y, por supuesto, su exquisita gastronomía. La repostería andaluza, influenciada por siglos de historia y una fusión de culturas, ofrece una variedad de sabores y texturas que la hacen única.
Los pestiños son uno de los dulces más tradicionales de Andalucía. Estas pequeñas delicias fritas, hechas con una masa de harina, vino y anís, se recubren de miel o azúcar, creando un contraste perfecto entre lo crujiente y lo dulce. Otro clásico de la repostería andaluza son las torrijas. Similar al “French toast”, las torrijas se elaboran remojando rebanadas de pan en leche, vino, azúcar y canela, para luego freírlas y espolvorearlas con azúcar y canela.
No podemos hablar de repostería andaluza sin mencionar los polvorones y mantecados, originarios de Estepa. Estos dulces, que se derriten en la boca, son imprescindibles durante la Navidad. Hechos a base de harina, manteca y azúcar, vienen en una variedad de sabores que incluyen almendra, coco y cacao. La torta de aceite es una joya de la repostería sevillana. Esta delgada y crujiente torta está elaborada con aceite de oliva, anís y sésamo, y su sabor único la ha convertido en un favorito no solo en Andalucía sino también en muchas partes del mundo. La leche frita es un postre sencillo pero delicioso. Se prepara cocinando una mezcla de leche, azúcar y harina hasta que espese, se deja enfriar, se corta en porciones y se fríe. El resultado es un bocado cremoso por dentro y crujiente por fuera, cubierto de azúcar y canela.